Los Embera Katío esperan que en el futuro sus hijos
conserven sus tradiciones y estilo de vida.
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En
el Alto Sinú, a orillas de los ríos Manso, Verde, Esmeralda y Sinú, el pueblo
Embera Katío tiene su propio edén, son 110 mil 517 hectáreas de tierra, donde
viven unos 6 mil 500 indígenas de esa etnia. Estas tierras le dan todo lo que
necesitan para vivir.
El
resguardo Embera Katío del Alto Sinú está conformado por 21 cabildos o sectores
indígenas, tiene 21 caciques y 89 gobernadores locales, la población es de unos
6 mil 500 indígenas.
A
pocos metros de la quebrada Tuis Tuis, mujeres indígenas Embera Katío matan
gallinas que han atrapado en sus propios patios; cerca al lugar un grupo de 29
niños y niñas de la misma etnia asisten a la escuela, donde les enseñan sus
tradiciones y además los meten en el mundo de las ciencias básicas.
El
estilo de vida de los embera katío es comunitario, todos trabajan en los
cultivos de maíz, de cacao, yuca, plátano, entre otros, y en las crías de
peces, gallinas, cerdos y otros animales. Además todos aceptan regirse por sus
leyes de convivencia.
Este
grupo étnico asentado en el edén del Alto Sinú se enfrenta a su propia
serpiente, la cual podría llevarlos a
perder sus costumbres y su estilo de vida que, al final, es su más preciado
tesoro. Esta serpiente tiene nombre propio, ‘Modernidad y costumbres del hombre
blanco’.
Para
evitar que eso pase, ellos mismos luchan contra la modernidad. “No es malo que
podamos tener acceso a la televisión, a celulares, a computadores, a aprender matemáticas,
historia universal y nuevas tecnologías, lo que es malo es que olvidemos
nuestras costumbres y las enseñanzas de los antepasados”, dice Ezequiel Domicó,
profesor y líder de reasentamiento Tuis Tuis, ubicado a unos 30 kilómetros del
casco urbano de Tierralta, donde viven familias Embera desplazadas por la
violencia.
El
profesor Ezequiel y otros 45 educadores son los encargados del proceso de
enseñanza de la lengua Embera, que le transmiten a unos 1.500 niños indígenas.
Ellos le llaman ‘Educación propia’, en la cual participan además de los
maestros, los hombres y mujeres mayores.
“Nosotros
les enseñamos la lectura y escritura del Embera katío y las ciencias básicas,
mientras los mayores les enseñan nuestras tradiciones y le transmiten la
experiencia en la forma de criar o cazar animales y cultivar toda clase de alimentos”, señala
Domicó.
En la escuela,
además de las clases
de ciencias básicas, los mayores les
enseñan sobre sus
tradiciones.
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El
temor de los maestros es que se pierda la lengua Embera katío, señalan que cada
vez es más difícil para los niños de esa etnia hablarla, debido a la constante
interrelación que tienen con el hombre occidental que, indirectamente, los
obliga a hablar el español. Lo que busca este proyecto es fortalecer la lectura
y la escritura de la lengua propia de esta comunidad indígena.
‘Tambo’, tipo de
vivienda de los
Embera Katío en el Alto Sinú.
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ALIADOS
IMPORTANTES
El
programa de ‘Educación Propia’ cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación
Nacional y el área de responsabilidad social de la empresa Urrá.
Melba
Maldonado García, asesora de Urrá, dijo que ha sido el interés de la empresa
que los Embera conserven su cultura, por eso siempre se les ha apoyado en los
proyectos que estén orientados a ese propósito.
Las mayores son
las encargadas
de transmitir los conocimientos
a las nuevas generaciones.
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Por: BARNEY DAVID BERROCAL MENDOZA
Adultas y
jovencitas participan en la elaboración de los alimentos, los cuales en su
mayoría son provistos de sus propias tierras.
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